La seguridad es el foco principal de las formaciones de trabajos verticales o de altura. Las certificaciones IRATA y GWO están diseñadas para que los alumnos se formen para trabajar con las máximas garantías de seguridad en técnicas de acceso sobre cuerdas, además de aprender las funciones propias de la titulación. Pero hay una rama que destaca entre todos los cursos que ofrecen los centros de formación si hablamos de seguridad, y se trata de la evacuación y rescate en trabajos verticales. En este post te explicamos en qué consiste, a quién se dirige y la importancia de la planificación en estas situaciones, también en espacios confinados.
La normativa al respecto es clara. Así lo dicta el Real Decreto 2177/2004, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización por los trabajadores de los equipos de trabajo, en materia de trabajos temporales en altura. Dicha ley, en su punto 4.4.1 e), indica que “el trabajo deberá planificarse y supervisarse correctamente, de manera que, en caso de emergencia, se pueda socorrer inmediatamente al trabajador”. Por tanto, la evacuación y rescate en trabajos verticales no solo se destinaría a personas accidentadas que hay que rescatar en una determinada situación, sino sobre todo a atender a los propios compañeros del equipo.
Sin duda, esta cuestión es de vital importancia. Pensemos que este tipo de profesionales trabajan suspendidos en cuerdas, habitualmente a mucha distancia del suelo. Y si sufren algún tipo de incidente se desataría una complicada situación de emergencia.
Materias sobre rescate en los cursos IRATA
En el nivel 1 de IRATA se incluye el rescate de víctimas con descensor, y el uso de instalaciones preparadas para ello. Pero en el nivel 2 se profundiza aún más en este aspecto, ya que se imparten las enseñanzas relativas a rescate en ascenso, en cambio de cuerdas, en fraccionamiento corto, en desvío, sobre estructura y izado de víctima.
Llegando ahora al nivel 3, en esta fase de la formación IRATA ya se estudia el plan de rescate, que definiremos a continuación. Y, en la parte práctica, los alumnos se especializan en rescate en desvío doble, en fraccionamiento largo, con paso de nudos en las dos cuerdas, en medio cambio de cuerdas y en conexión corta. Y, aparte, se añade el rescate avanzado team rescue, con movimiento de víctima con cargas cruzadas y tirolina.
El plan de rescate
Un técnico de trabajos verticales debe anticiparse a las posibles coyunturas y planificar correctamente todas las maniobras. Aquí no vale improvisar. El plan de rescate es tan obligatorio como necesario. Porque no es suficiente con llamar a los servicios de emergencia y esperar a que acudan al lugar de los hechos. El problema se tiene que atajar, desde el primer momento, por parte de los compañeros.
Un plan de rescate consiste en una estrategia, planteada con anticipación, para la evacuación segura de trabajadores que ha caído desde una altura significativa y/o está suspendido en el aire solo sujeto por en un arnés –sea consciente o inconsciente-, existiendo un peligro para su integridad física. Para ello, es esencial que el futuro técnico sepa utilizar debidamente los equipos (materiales y herramientas) y tenga la formación teórico-práctica precisa.
El síndrome del arnés
El shock ortostático o síndrome del arnés se produce cuando las cintas del arnés, que cuentan con diversos puntos de presión, actúan tras una caída provocando que la sangre se concentre en las extremidades, en mayor o menor grado. Y eso impide que llegue al resto del cuerpo, debido al ‘efecto torniquete’. Tras ello, se empieza a acusar la falta de oxígeno, primero en las piernas y a continuación en el resto del organismo, porque el corazón no es capaz de oxigenarlos con normalidad.
Por estos motivos, un herido que se encuentra inmóvil y está en suspensión ha de ser rescatada de manera inmediata para que no haya daños graves. Lamentablemente, en estas circunstancias se pueden desencadenar perjuicios irreversibles e incluso la muerte. Además, hay que tener en cuenta que la imposibilidad de movimiento, el propio dolor y el cansancio, sumado a un posible estado de inconsciencia, pueden acelerar la aparición del síndrome.
¿Descender o elevar a la víctima?
Las maniobras para la evacuación del accidentado pueden llevarse a cabo por descenso o por ascenso. En el plan de rescate han de estar especificadas ambas posibilidades conforme a cada caso concreto, pero en general lo más sencillo es emplear la técnica del descenso. El primer paso de este protocolo es desenganchar a la víctima de la cuerda que le mantiene suspendido, para colocarlo en un sistema que pueda hacerle descender. Pero la aparente simplicidad de este proceso se complica cuando la persona cuando hay presencia de bloqueadores, sistemas anticaídas o un elemento de amarre, porque en ese escenario habría que proceder al desbloqueo.
La otra alternativa es la elevación, es decir, izar a la víctima en suspensión. Existen diversos métodos para hacerlo, ciertamente complejos pero para los que un trabajador vertical debe estar preparado.
En todo caso, hay que hacer una evaluación de los riesgos antes de escoger una u otra opción.
Rescate en aerogeneradores
Antes hemos enumerado la materia incluida en la formación IRATA respecto al rescate. Pero en los cursos GWO esta materia es también fundamental. En el módulo GWO de primero auxilios está enfocado a la atención urgente a un compañero lesionado, que sería un paso previo al rescate propiamente dicho. Y en el módulo GWO de trabajos en altura ya se enseña a realizar rescates en altura seguros en aerogeneradores.
Concretamente, dentro del contenido del módulo GWO de trabajos en altura se imparten conocimientos acerca de procedimientos de emergencia, dispositivos de evacuación y de rescate. Y se informa exhaustivamente del trauma por suspensión que hemos descrito en este artículo. Incluso con ejercicios prácticos en un contexto real, pero en un entorno controlado.
Rescate en espacios confinados
Además de los rescates que pueden tener lugar en espacios al aire libre, también pueden ser necesarios en espacios confinados. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) define el espacio como “el recinto con aberturas limitadas de entrada y salida y ventilación natural desfavorable, en el que pueden acumularse contaminantes tóxicos o inflamables o puede haber una atmósfera deficiente en oxígeno, y que no esté concebido para su ocupación continuada por los trabajadores”.
Por esta razón, un rescate en este tipo de espacios conlleva riesgos adicionales que precisan de medidas preventivas aún más estrictas. Se ha de tener un plan muy bien definido, y en una situación real de estas características hay que seguir todos los pasos que en él se prevean.
En TTR ofrecemos, paralelamente a las certificaciones IRATA y GWO, un curso de espacios confinados. En él se forma a los futuros técnicos de los procedimientos de entrada a estos lugares, además de efectuar rescates en el interior de un espacio confinado. El contenido de este curso abarca los siguientes elementos:
- Riesgos en espacios confinados.
- Tipos de espacios confinados.
- Legislación al respecto.
- Atmósferas nocivas, explosivas, irritantes, suboxigenadas y sobreoxigenadas.
- Instrumental necesario.
- Uso de EPI´s en espacios confinados.
- Protocolos de entrada y salida.
- Sistemas anticaída y absorción de impacto.
- Cómo actuar en caso de emergencia.
- Rescates. Maniobras de acceso y utilización del trípode.
- Ascenso y descenso por escaleras y escalas fijas.
- Anclajes.
- Instalaciones y factores de caída.
- Líneas de vida.
- Progresión en estructuras metálicas.
Tipos de rescates en espacios confinados
En un espacio confinado puede que sea el propio trabajador el que tenga que “rescatarse a sí mismo”, lo que se denomina autorrescate: escapar de la situación por sus propios medios. Para estos casos, resulta indispensable conocer a fondo los posibles riesgos potenciales y saber detectar indicios de peligro.
Pero los rescates en espacios confinados también se pueden hacer desde el exterior, a personas que no pueden salir, pero sin que el especialista entre al recinto. Esto es posible gracias a anclajes y dispositivos de conexión. Por el contrario, cuando forzosamente hay que acceder al espacio confinado porque el afectado está atrapado, se deben emplear otra clase de métodos previamente estudiados y diseñados.
De cualquier modo, el equipo de rescate ha de tener la debida formación en espacios confinados, y cada uno de sus miembros debe estar informado del plan de actuación. Algunos ejemplos de espacios confinados son alcantarillas, pozos, cuevas o silos -lugares subterráneos sin humedad-.
Por último, en cuanto a sistemas que se requieren para llevar a cabo rescates en espacios cerrados, destaca el trípode, para acceso vertical desde el exterior. O los brazos rescatadores, idóneos si el trípode no se puede instalar por falta de superficie donde se puedan apoyar las patas. Y para cuando ninguna de estas herramientas son válidas, destacan los sistemas de rescate horizontal.Para más información sobre nuestros cursos de IRATA, GWO y espacios confinados, contacta con nosotros aquí. TTR cuenta con sedes en Barcelona y Madrid.
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